Actores-
Para poder sonreír en todo momento, no importa si tu día ha sido horrible. Para
poder fingirles a nuestros clientes que seguimos felices después de haber visto
la “estifiada” que nos han dado. También para poder morirnos de la risa con los
chistes que nos hacen en los peores momentos. Y por último, y no menos
importante, para que cuando termine su visita (después de dejarnos poca o
ninguna propina) nos digan: “todo estuvo espectacular… gracias por todo, eres el/la
mejor… cuando volvamos queremos que tu nos atiendas…” :-/
Guías
turísticos- Debemos tener conocimiento abundante de los puntos de interés de
toda la isla, de dónde pueden hacer sus compras de “souveniers” y dónde pueden
disfrutar la vida nocturna. Como meseros,
debemos andar con GPS para cada vez que se les antoje preguntar alguna
dirección, así sea la del Yunque (y se les tiene que explicar con perfección:
autopista, calle, cuánto tiempo de viaje y el número de hectómetro específico
en el que encontrarán el lugar). Todo esto con 5 ó 6 mesas más llegando al
restaurante, queriendo ordenar, etc, etc, etc...
Meteorólogos-
Tenemos que saber si va a llover o hacer sol, cuántos milímetros de
precipitación caen anuales, en que áreas específicas de la isla llueve más,
etc, etc, etc…
Fotógrafos-
“SI!!!, claro que podemos tomarle 1, 2 ó 3 fotos… las que usted quiera!!!”
Tenemos que conocer cada una de las cámaras que llevan nuestros clientes para
que la foto quede perfecta. Flash adecuado para que no quede oscura, no ojos
rojos y esperar… y esperar… y esperar… ¡y esperar! a que ellos decidan cuál es
su mejor ángulo.
Sicólogos-
los clientes nos cuentan su vida, sus problemas, cuántas veces se han casado y divorciado,
cuántos hijos tienen, cuántas veces han sido infieles y cuántas les han sido
infieles, de dónde son, por qué vienen… en fin, las posibilidades de historias
son tan amplias como muchos los clientes!
Somos todo
eso… y no somos nada. Al fin y al cabo solo cobramos por ser el/la meser@, a
veces mal@, a veces buen@, que lleva la comida a la mesa… a veces mala, a veces
buena, fría o caliente. Al final,
¡¡somos el/la meser@ que sonríe porque tiene que sonreír!!
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